SI TRABAJAS CON PRINCIPIANTES TE LA JUEGAS
Los inversores serios – y si estás leyendo esto seguro que te identificas con lo que voy a decir – quieren realizar inversiones serias, minimizando riesgos y con un potencial de revalorización futuro del bien raíz que adquiera.
Asimismo, ese bien raíz tiene que ser un activo que en un momento dado – por razones que solamente incumben al inversor – se pueda hacer líquido en caso de desinversión.
Esos criterios de riesgo, inversión acertada, ubicación, análisis de la oportunidad no son fáciles de conciliar a veces a menos que tengas mucha experiencia en el sector.
Son inversiones donde la persona que invierte está poniendo gran parte de su patrimonio, y eso es – o debe ser – sagrado para las personas que les asesoran.
Hay dos tipos de asesores, los inmobiliarios puros, que te intentan vender algún inmueble de su cartera de activos (esos trabajan para ellos mismos), y otro tipo de asesores que trabajan para el cliente inversor, defendiendo sus intereses de inversión hasta las últimas consecuencias.
Estos últimos no se casan con ninguna inmobiliaria, analizan todo el mercado, buscan oportunidades tanto entre los activos publicados como en mercados off-market a los que no tienen acceso la mayoría de los inversores, las analizan, las seleccionan y las proponen como activos potenciales si cumplen con los objetivos de inversión marcados por el inversor.
No te equivoques al elegir a tu compañero de viaje, elige uno que vele por TUS intereses, y no por los suyos propios.
Evidentemente una asesoría de este tipo no es económica, pero es altamente eficaz en todos los aspectos y sobre todo a largo plazo evitando que se tomen decisiones erróneas basadas en impulsos de elección rápidos y no meditados.
¿Alguien te había contado esto antes?
¿Te gustaría contar con un asesor inmobiliario que vele por TUS INTERESES?
Yo te puedo ayudar. Contáctame.